No debemos dejarnos guiar por los acontecimientos ocasionales, los dones de la fortuna, los giros caprichosos del destino, pues sólo son el resultado de la coincidencia de circunstancias externas que, similares a las cimas de las montañas, son las primeras que saltan a la vista. En cambio, precisamente aquellas experiencias mínimas, aquellos acontecimientos interiores a los que no damos importancia, son los que con más claridad muestran la totalidad del carácter de un individuo, pues se desarrollan orgánicamente según la naturaleza humana, mientras que los otros no le pertenecen, sólo están unidos con él de forma inorgánica.*
Tomado de: Traducción de Luis Fernando Moreno Claros, en NIETZSCHE, F., De mi vida. Escritos autobiográficos de juventud (1856-1869), Valdemar, Madrid, 1997
miércoles, junio 21
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Estimado amigo: Gracias por haber citado mi traducción de "De mi vida", y no haberte olvidado de anotar los datos del libro y del traductor.
Un saludo cordial
Luis F. Moreno Claros
Publicar un comentario